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Cómo es un gato siamés

El gato siamés pertenece a una de las razas más comunes que existen, aunque no se trata de una raza cualquiera. El color de los ojos y la piel de este tipo de felinos los delatan, pero son muchos los rasgos y características que pueden definirlos. Desde unComo.com te explicamos cómo es un gato siamés. Así contarás con información suficiente para conocer su historia, comportamiento y necesidades especiales.

Procedencia

El gato siamés tiene su origen en una raza que procede de Tailandia. De hecho, estos felinos contaban con un rol especial en los funerales de los reyes de este país, pues se les colocaba en su tumba y, posteriormente, debían salir por un orificio realizado para tal finalidad, de modo que se entendía que el animal recogía el espíritu del rey fallecido.

Menos callejero que otras razas, sus rasgos físicos le dan un carácter misterioso a la par que algo intrigante. Por ello, no deberías sorprendente si te encuentras ante dueños de gatos siameses que se muestran orgullosas de sus mascotas, aludiendo a que no se trata de una mascota común.

Características físicas

El gato siamés presenta un tamaño mediano. Su cuerpo suele ser largo y sus patas, también. Sin embargo, las traseras son más elevadas que las delanteras. De cola larga, la misma se va estrechando a medida que se avanza hacia la punta.

De igual manera, debes saber que su cabeza es redonda, con unas orejas bastante grandes en proporción con esa parte del cuerpo. Los ojos son lo más llamativo de los gatos siameses, por lo que siempre reconocerás esta raza por el azul intenso de su mirada. El pelo, asimismo, es corto, de textura extremadamente suave.

Personalidad

Si buscas tranquilidad, lo mejor es que no tengas un gato siamés. Y es que son felinos nerviosos, muy sensiblesa ruidos, movimientos y a la actividad que tiene lugar cerca de ellos. Aunque pueden ser graciosos, su personalidad es celosa y, por norma general, exigente. Por su ronco maullido le delatarás en la oscuridad.

Necesidades y cuidados

Como antes se ha mencionado, el carácter sensible de este gato hace que sea una raza muy propensa a sufrir trastornos psíquicos. Por lo demás, no requiere excesivos cuidados. Bastará con cepillarlo semanalmente y mantener una dieta sustancialmente carnívora a base de proteínas. Cuida el estado de su comedero, pues si este contiene suciedad o restos de comida es muy probable que no quiera comer en él.