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Por qué los perros no pueden comer cebolla

¿Has oído hablar de los temidos alimentos tóxicos para perros y quieres saber por qué lo son? Cada uno de ellos tiene en su composición una determinada sustancia que el organismo del can no puede o tiene dificultades para absorber y digerir, así como provocar una serie de daños en él. Para evitar que esto ocurra y ampliar tu conocimiento acerca de lo que tu perro debe y no debe comer, en este artículo de unComo te contamos por qué los perros no pueden comer cebolla, no te lo pierdas.

Pasos a seguir: 1

Antes de adentrarnos en el por qué los perros no deben comer cebolla resulta importante hablar de la mejor forma de alimentar a tu can, con pienso. El pienso seco aporta a nuestros perros todos los nutrientes, proteínas y vitaminas que su cuerpo necesita, por lo que no es necesario alimentarlo con productos propios de nuestra dieta. De la misma forma que seleccionar el pienso más adecuado para él es importante, conocer las raciones y cantidad que debe comer al día también lo es si queremos evitar la obesidad canina. No te pierdas nuestro artículo sobre cuánto debe comer mi perro y descúbrelo.

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Tal y como especificamos en el paso anterior, la composición del pienso seco cubre todas las necesidades nutricionales de nuestro pero de manera que no requiere de complementos ni alimentos de nuestra dieta. Pero, si de todas formas deseamos añadir alguno de nuestros productos para potenciar un determinado valor nutricional podemos hacerlo siempre y cuando seamos conscientes de lo que deben y no deben comer. Lo ideal, es proporcionarles un poco de fruta o verdura fresca, pues se tratan de productos naturales ricos en vitaminas, antioxidantes, fibra y protreínas, entre otros. Consulta nuestros artículos de las frutas y las verduras que pueden comer los perros.

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Si revisas la lista de verduras que no deben comer los perros verás que la primera de ellas es la cebolla pero, ¿por qué? La respuesta es sencilla, todas las variedades de este vegetal contienen una toxina llamada tiosulfato que su organismo no puede digerir correctamente y, en función de la cantidad ingerida, puede derivar en un tipo de anemia hemolítica, la Anemia por Cuerpos de Heinz. Al no metabolizar esta toxina, el tiosulfato se acumula en la sangre y provoca el envejecimiento prematuro de los glóbulos rojos, es decir, los debilita y rompe hasta su desintegración. De esta forma, el número de glóbulos rojos disminuye y se producen los primeros síntomas de la anemia, los cuales acostumbran a ser vómitos, diarrea, orina con un tono rojizo y dificultades respiratorias.

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Sin embargo, no debemos alarmarnos antes de tiempo, puesto que para que esto ocurra el perro debe haber ingerido una cantidad de cebolla superior a los 5 gramos por cada kilo que pese. Es decir, para que un perro de 7 kg, por ejemplo, sufra una intoxicación de este tipo deberá haber comido más de 35 gramos de cebolla, ya sea cruda o cocinada. Así pues, si tu perro a tomado una cantidad mínima por accidente probablemente no sufrirá ninguna consecuencia. En caso de tomar grandes cantidades, deberás llevarlo al veterinario para que inicie el tratamiento más adecuado.

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Ahora que ya conoces por qué los perros no pueden comer cebolla verás que lo más adecuado es no proporcionarle este alimento. Puesto que, aunque en cantidades mínimas no tiene por qué producir daños, cada caso es distinto y siempre es más aconsejable evitar su ingesta.